domingo, 8 de junio de 2014

Kornelijus Platelis: Poemas.



Kornelijus Platelis



















ENCUENTRO AL ATARDECER

En la biblioteca de un palacio, mirando por la ventana
Un atardecer de invierno,
Se abren de pronto los estantes y entra un niño
Con una canasta de frutas y rosas.
La oscuridad se condensa, las ideas se enredan misteriosamente.
Hoy -dice-
Me ha sucedido algo muy raro:
Iba por un sendero del parque y repentinamente estaba
En una habitación oscura con estantes
Llenos de rectángulos en fila,
Allí un hombre entristecido veía por la ventana
Un atardecer de invierno.

GUARDIA NOCTURNA

Tras el crepúsculo cruzan las puertas golpeando
Con sus piernas de hierro el adoquín cubierto de herrumbre,
La ciudad se estremece
Y se hunde en un negro olvido. Bajo sus pies
Las calles se extienden como enormes luciones. ¿En dónde está?,
Pregunta sombrío el jefe de la guardia
A los faroles de la calle que la oscuridad difunden,
Pero éstos oscilan como si los moviera el viento
y se cubren de humo. ¿En dónde está
El espejo de los dioses, diamante de mil caras,
-La ronca voz del pregonero hace temblar la oscuridad-
Bajo qué lodo, bajo qué moho,
Bajo qué flores mañana malolientes?
Para qué lo queréis -pregunta la climátide abrazando la vieja capilla.
Para qué lo queréis -pregunta desde el callejón
el amarillento olor de la orina. Queremos -dice la guardia-
tajar con la espada su corteza, herir
su alma adormecida, elevarlo al negro
océano de la noche como un farol...

No os lo daremos -la climátide estrecha fuertemente la capilla.
No os lo daremos -estalla la peste amarillenta de la orina.
No os lo daremos -dicen los faroles, la oscuridad y el humo.
Los sarcófagos de los dioses, mudos,
Se meten más profundo en sí mismos. Todavía la mañana
tardará mucho en llegar.

DOS CAMINOS

Hay un camino del sabio y uno del guerrero. El primero
Lleva por el fangoso y equívoco
Pantano del conocimiento de la verdad,
Continuo litigio con los dioses.
Cuando hay que decidirse a actuar,
No se sabe quien elige los medios:
El sabio o el mercader.
A veces es claro que decide el mercader
En nombre o en lugar del sabio.
Adónde lleva este camino,
No lo sé.

El camino del guerrero conduce por jardines de pureza,
Por el filo de la única verdad.
Es el camino de la voluntad, no del conocimiento,
No se mancha en él el alma.
No hace falta decidir.
Adónde lleva este camino,
Tampoco lo sé.
Ambos desaparecen tras la colina del cementerio.

Queda todavía el camino del mercader,
Por el que vamos.


LECHE Y TOMATES

ella le dejó una nota: querido
compra dos botellas de leche y dos
tomates después de leerla él se quedó un largo rato
sentado en un banquito en la cocina
imaginándose cómo la leche en el vaso
blanca y cremosa
es blanca como la piel de su rostro
y cómo escurrirá desde sus labios a su vientre
y ella se secará con una servilleta
blanca y los tomates
rojos como labios y un hilito
de su jugo correrá por su barbilla de mármol
hasta que una mano blanca la seque
(¡tan jugosos tomates!)
sus ojos brillarán de deseo
llevará el vestido blanco
o la falda a cuadros

y él sin falta comprará
dos botellas de leche y dos
tomates


HADES RAPTA A PERSÉFONE

Una mosca golpea contra el vidrio buscando una ranura de calor,
los dientes de una sierra se aferran ávidamente a los leños,
Hades toma a Perséfone en sus brazos y, resoplando,
apenas levanta su enorme trasero de la tierra,
los negros corceles aguardan enganchados
y cavan en el suelo con sus cascos; unas ninfas muslonas
se estrujan las manos, golpean contra el aire que se enfría, sollozan
como sierras. Fluyendo sin cuidado
el tiempo se congela en formas, la vida en sus signos,
el agua en estrellas de nieve, la experiencia en alusiones
que espolvorean la poesía, expresando el luminoso paisaje
de la vida, difundiendo el aroma de Hades.


HOSPITAL ST. ELIZABETH

                                   para Craig Czury

                                   Our dynasty came because of a great sensibility
                                              
            Ezra Pound, Canto 85


Del otro lado del río Anacostia, a la sombra de los árboles,
Santa Isabel rebana una tarta redonda
con un largo y resplandeciente cuchillo, y amablemente lo reparte
entre los asistentes al curso de poesía que esperan en fila.
Sus brazos atados a sus cuerpos hasta los codos,
sus ojos tan redondos como un sol de tarta,
se estiran graciosamente mientras comen: el destino
de la poesía es reparar conciencias y mundos. De pronto
un teléfono suena: llamada para Santa Isabel.
Me da el cuchillo y me pide que siga rebanando.
Mientras la hoja viaja de una mano a otra,
el sol rebota en ella y destella en los ojos
cortando su redondez como el cuchillo
la tarta. El mundo se parte
en una miríada de fragmentos y durante un pestañeo
todavía se mantienen adheridos antes de desmoronarse. Yo

                        Nuestra dinastía llegó
                                   gracias a su gran sensibilidad.
                        Tras todos los pabellones de nuestros palacios
                                   ahora miro por la ventana de John Howard.
                        Desde la sombra de los árboles sin hojas
                                   hasta un tiempo nuevo del otro lado del río.
                        Nuestro pensamiento vagaba en otra parte
                                   cuando se abrieron las puertas.
                        Nuestra dinastía se basaba en una estricta jerarquía
                                   al contemplar la belleza.
                        Las paredes de derritieron hace muchos años
                                   mientras yo escuchaba lugares prohibidos.
                        Nuestra dinastía estableció el orden en la poesía
                                   y se derramó por los bordes de la forma.
                        ¿Voz interior? Cada uno de nosotros tiene muchas
                                   voces interiores. ¿Cuál de ellas queréis escuchar?
                        Nuestra dinastía fue hospitalizada
                                   a causa de su gran destino.
                        El nuevo mundo nos inyectó tranquilizantes
                                   y nuestra conciencia se volvió de madera.
                        Santa Isabel nos tomó bajo su custodia,
                                   y el amor  derritió nuestra voluntad.
                        Los fundadores de los valores equitativos del mundo
                                   comenzaron a curarnos con nuestra propia poesía.
                        La leche inagotable del cántaro de Santa Isabel
                                   minó los fundamentos de la jerarquía.

clavo el filo en la tarta, la realidad
fragmentada se pega, una extraña esperanza se sella
después de haber brillado entre las grietas. Los asistentes
al curso de poesía bajan dócilmente la mirada.
El bálsamo de las palabras se filtra por las paredes de la sala:
pegamento de conciencias y cosas con los brazos vendados,
el sabor a metal en mi boca se transforma en la dulzura de un biscocho,
enviándonos de vuelta a la armonía, abriendo
el camino de la memoria a ningún lado.









(En este texto se utilizan partes de un poema-fusión elaborado por Craig Czury a partir de fragmentos de poemas de pacientes del Hospital St. Elizabeth.)

                                                           (traducción del lituano Gerardo Beltrán


Kornelijus Platelis - Esteban Moore
Kornelijus Platelis  (Ŝiaulai, Lituania, 1951) Poeta y traductor. Ha publicados varios volúmenes de poesía y ha traducido a su lengua a Ezra Pound, T.S. Eliot y a Seamus Heaney, entre otros poetas de lengua inglesa.